martes, 8 de enero de 2013

El síndrome del 7 de enero

El 7 de enero es uno de los días del año que peor llevo. Este año como los peques  no han tenido cole, es el 8 el día chungo. Y es que me siento tan desubicada..... Porque claro, la Navidad llega poco a poco. A mediados de octubre junto con los panellets se empiezan a ver los primeros panettones y polvorones. Poco a poco en las tiendas aparecen los primeros turrones, en la tele se empiezan a anunciar perfumes (ayyy... ese Brad Pitt anunciando Channel Five....... ), en el buzón aparecen los catálogos de juguetes, Miniyo se vuelve loca pidiéndolo todo y yo me desespero para hacerla entender que si le compramos la casa de Barriguitas no le vamos a comprar también la granja, una cosa u otra.
Y se empiezan a hacer planes, este año donde comemos, donde compramos las gambas para nochebuena. Con quien pasamos fin de año. Que le regalamos a cada cual, nos llegará para todo, ufff...
Y sales a la calle y poco a poco aparecen los primeros árboles de navidad en los escaparates, y papas noeles en los balcones. Las tiendas se adornan, las calles se iluminan, y ya es Navidad.
A mediados de noviembre compramos los primeros regalos, y de pronto había paquetes por toda la casa. Y había que vigilar que la peque no mirase bajo la cama o en según que cajón. Y coordinar con la familia que le compraba cada cual.....
Y ya en diciembre mi casa parece el almacén central de papa noel y los reyes magos todos juntos. Y en el súper hay turrones y polvorones y tienes que ir con los ojos cerrados para no comprar más, que luego hay que bajarlo!
Las últimas semanas son ya de locura total. ¿tengo suficientes turrones? ¿tengo todos los regalos? Y vamos a celebrar Nochebuena, y Navidad, y bebemos y reímos, y por unos días no está mal visto comer todo el chocolate que una quiera. Y llega Nochevieja, hay que comprar uvas, hay que ponerse guapos, y luego Reyes. Últimas compras, aglomeraciones, tiendas de gente, juguetes que van y vienen, ay que se nos ha olvidado el regalo de la yaya!
Y llega Reyes, y los regalos, la felicidad de miniyo con su zombimoto para las monsters, y sus muñecas nuevas, y mi nueva Nancy para la colección.... Y el roscón, con su haba y su rey, la pelea por la corona que le toque a quien le toque siempre la quiere miniyo.
Pero hoy de repente, ya no es navidad. Sin transición, sin anestesia, te acuestas el día de reyes y el siete, ale, se acabó la navidad. Ya no hay árboles adornados, se apagaron las luces, y las tiendas tienen carteles de rebajas en lugar de papas noeles. Ya no hay nada más que regalar, y se acabó el comer dulces, ahora toca ponerse a dieta. Y la casa está llena de juguetes que no caben, y en lugar de pensar que compramos hay que pensar que tiramos, y pelear con miniyo que tiene sindrome de diogenes juguetil. Y ya no está conmigo, está en el cole, se acabó pasar las mañanas juntas mirando dibujos, haciendo la carta a los reyes o jugando al uno. Ahora me toca recoger todo, limpiar, en fin...... lo de siempre.
Y en la tele Brad Pitt ya no anuncia Channel Five. Ahora salen señoras diciendo que su detergente lava más blanco, y la verdad.... no hay color.
Y yo que llevo mes y medio atareada, pensando y haciendo cosas para que todo salga perfecto, hoy no sé que hacer. Ya no vale nada, en dos días todo ha cambiado. Tengo que cambiar el chip, pero me cuesta tanto..... Así que aquí ando, de mal humor, desubicada, intentando limpiar, planchar, poner un poco de orden en la casa y en la dieta, y en mi cabeza...
En un par de días se me pasará, cada año es igual, pero que difícil es superar el siete de enero........

3 comentarios:

  1. Ya es primavera... en El Corte Inglés...

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  2. Puede, pero en mi casa es post-navidad y es mu triste....

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  3. Por fin encuentro a alguien que se pone melancólica también el siete de enero. Para mí es un auténtico trauma.

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